Compartir es vivir

El último vídeo de Pantomima Full titulado “Conformista” es un tortazo a mano abierta para buena parte de quienes lo han visto porque sus verdades como puños escuecen y mucho. (8 millones de visualizaciones). Y es que, como dice Miguel Echarri en su artículo Total, si da igual (El País, 29 marzo 2023) su éxito se debe a que <<quizás España no es el país en el que mejor se vive del mundo, sino en el que mejor te conformas con lo que hay>>.

Aceptar la cruda realidad sin más es un problema muy serio que además, está protegido por potentes justificaciones como tengo deudas hipotecarias (y de cualquier otro tipo), una familia que sacar adelante y darle lo mejor, hay una crisis económica de caballo, estoy hecho/a polvo, he peleado y peleado para nada, no valgo para más, nada de lo que logro es suficiente…

Y por si fueran poco contundentes argumentos los anteriores, tómate además, una de esas grades frases que entre todos y todas hemos perpetuado:

“más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”

“total, pa cuatro días”

o el vitalista y alegre “de algo hay que morir”.

Si el conformismo fuera inocuo quizá no le dedicaría tiempo de mi vida a estudiarlo y a buscarle solución, pero cuando de esta perversa filosofía de «a joderse y aguantarse», salen cosas tan fastidiadas como la depresión, el estrés, la ansiedad, las enfermedades relacionadas con malos hábitos de vida, los… sep… estás leyendo bien. Poca broma. Estoy citando patologías psicológicas y enfermedades físicas y mentales. Y es que ese conformismo que tan rápido está carcomiendo nuestra sociedad… enferma y mata.

Pongámonos científicos:

El conformismo es un fenómeno psicológico que se manifiesta cuando una persona tiende a aceptar y permanecer de manera duradera y sin protestar ante cualquier situación o condición de vida, aunque ésta le suponga incomodidades, riesgos, le resulte desagradable o sea contraria a lo que hubiera querido, como bien definió el célebre psicólogo de la Universidad de Yale, Stanley Milgran.

Vuelve a leer lo amarillo, aunque te moleste el color y te ardan por dentro las palabras.

Como dice mi amigo Jose cuando un cuñao le quita importancia o mérito a algo “¡Al loro! parece una pijada, pero ¡contra! ¡de pijada nada!” ¿no crees? Y si no lo crees ya te lo digo yo: a desarrollo personal y profesional o a psicoterapia va un importante número de personas que sufren de los males citados antes – depresión, ansiedad, estrés, malos hábitos de salud, etc.- Y añado otro más. Algo más «poético» si lo quieres ver así, pero no exento de veneno: falta de sueños e ilusión.

Volvamos a lo de «persona que tiende a aceptar y permanecer de manera duradera y sin protestar ante cualquier situación o condición de vida».

¿Por qué somos conformistas?

Teorías hay muchas pero independientemente de cual sea la acertada, hay un denominador común en la mayoría: tendemos a ser y hacer lo que dice la mayoría. ¿Y por qué somos tan fáciles de dejarnos arrastrar? Porque nuestro entorno y el medio en el que vivimos influye directamente en cómo vemos el mundo.

Desde la epigenética (la influencia del entorno en nuestra expresión genética) hasta la teoría del inconsciente colectivo de Carl Gustav Jung (padre de la psicología moderna)… Ciencias biológicas, de la salud, de la psicología, de la sociedad, de la comunicación de… tu ya me entiendes, todo confirma lo que acabamos de subrayar en amarillo y que voy a volver a repetir porque me parece indispensable ser conscientes de ello en todo momento:

Nuestro entorno y medio en el que vivimos influye directamente en cómo vemos el mundo

Pablo Castillo copiando frases de genios de verdad 😉

Y ahora viene la pregunta que realmente motiva este post y con la que vas a despertar:

¿Podemos cambiar nuestra realidad, sea cual sea, para salir del conformismo y tratar de ser la persona y tener la vida que queremos?

Quienes me conocen bien saben que soy un tipo realista y por tanto no soy sospechoso de lanzar a nadie a perseguir sueños imposibles o a cometer riesgos mal medidos. Al contrario, se me da muy bien escuchar sin juzgar, pero no puedo evitar dar consejos y herramientas que ayuden de verdad a mejorar la vida de los demás. Y si no fueran realistas y alcanzables, no funcionarían.

Así que, después de esta aclaración, agárrate bien porque vamos a hablar de Cómo cambiar nuestra realidad (spoiler: es posible). Pero para ello antes te voy a pedir que reflexiones ¿te has preguntado alguna vez qué es la realidad?

Cuando estoy en una sala o en auditorio con mucha gente y les pregunto, la mayoría se enfundan la camiseta de Santo Tomás de Aquino y aluden a lo que ven, lo que oyen, lo que tocan, lo que saborean…vaya, a lo que captan sus sentidos. Sin embargo, si algo nos ha enseñado la ciencia en repetidas y tozudas veces, es que lo que llamamos realidad tan solo es una pobre percepción de lo que son las cosas.

Nuestros sentidos pueden parecernos, a priori, la caña de la evolución natural, sin embargo, basta que nos comparemos en algunos aspectos con los gatos o los perros, y ya no salimos tan bien parados ¿eh?

Nuestros órganos perceptivos y nuestro supermegaprocesador llamado coloquialmente “cerebro” son una reliquia de la evolución. Sí, has leído bien, una antigualla total.

Nuestro cerebro es lento y los cables que le conectan con los receptores de nuestros órganos sensoriales tienen muy poca capacidad para llevar las señales, así que el cerebro, para evitar que esa demora que nos podría costar la vida al tardar demasiado en entender que “esa mancha borrosa» es la boca de una fiera a punto de zamparse nuestra cabeza, se inventó un truco de magia: crea simulaciones rápidas…como conjeturas de lo que podría estar pasando o va a pasar, en base a datos que tiene almacenados en la memoria (brecha que aprovechan muy bien, por ejemplo, los magos e ilusionistas jeje)

¿No me crees? Vamos a analizar brevemente qué capacidad de visión tenemos (advierto para puristas que me voy a tomar algunas licencias en los cálculos) para tener un ejemplo de lo que estoy diciendo.

Cierra tus ojos, ahora abre uno de ellos durante un segundo y vuelve a cerrarlo. Durante ese segundo, una de tus retinas ha sido capaz de capturar unos 500 megapíxeles. … ¡casi na’! Eso deja a tu iPhone a la altura del betún.

Pero ¡cuidado! Tenemos un problemón: el cable gordo que tiene que llevar todo ese puñado de píxeles, el conocido en otros ámbitos más científicos como nervio óptico (a mí me sigue gustando más lo de cable gordo) se queda muy corto de capacidad. No sé quién fue el que eligió ese cable – quizá el mismo que diseñó los vagones más grandes que los túneles de Asturias y Cantabria – pero al cerebro solo le va a llegar una imagen muy “cutre” de 1 o 1,5 megapíxeles ¿¡WTF?! Exacto, tu cerebro se las tiene que apañar con la foto de un teléfono móvil de aquellos de tapica, y encima no nos la da en tiempo en real, sino que va con retraso.

–        ¡Pero Pablo! ¡Qué burrada dices! ¡Yo estoy viendo ahora mismo en 8K TodoFull y a todo color!

– No, querido/a. Tu cerebro, en base a su extensa colección de imágenes a megafull de resolución que atesora, con esa foto cutre que has captado, se las ha apañado para crear una imagen a megafull de resolución, es decir, a conjeturado…ha comparado con otras cosas que tiene almacenadas…. y sep, se la ha jugado a decirte ¡uy, eso es la boca de un dientes de sable!

¡Ole sus bemoles! I know, pero es que de otra manera, si tiene que esperar tropecientos segundos a ir recibiendo fotos y fotos y fotos hasta componer la foto final… ¡Nos comió el dientes de sable y el felino ya está con el postre y el café!

(Espero que me perdonéis mi poco científica manera de explicarlo pero quería ser gráfico, cercano y ágil)

Como acabas de ver, nuestro cerebro nos engaña por nuestro bien, o dicho de otra manera: es lo que hay… (tiene bemoles la cosa porque si antes hablamos de frases lapidarias del conformismo…!!!)

Pero de momento, mientras no podamos chipear nuestro cerebro es el que tenemos, así que con esa realidad, si que vamos a tener que tragar.

¿Y por qué quería que entendieras esto de nuestra pobre percepción de la realidad o de la simulación que nuestro cerebro hace de ella? Porque es un hecho científico que lo que percibimos como realidad en verdad es una una interpretación de la información que recibe o tiene almacenada nuestro cerebro.

–        Pero Pablo ¿no decías antes que algunas personas tienden al conformismo porque les influyen los demás?

– ¡Correcto! Has estado atenta/o que no es poco.

Lo creas o no, nuestra percepción de la realidad está basado en buena parte en la percepción de otras personas que nos han ido influyendo.

Padres y madres, profes, amigas y amigos, parejas sentimentales, influencers, medios de comunicación, instituciones públicas, publicidad… ¿sigo?

Desde que nacemos, siempre tendremos a gente a nuestro alrededor que se encarga de decirnos “cómo son las cosas”. Cosas que, muchas de ellas, se van quedando almacenadas en tu memoria. Opiniones, creencias, conocimientos, datos, gustos… Así que, cuando nuestro cerebro tiene que ofrecernos un pensamiento, una actitud, una respuesta, una reacción… al ir al almacén ¿con qué cosas se encuentra? Y lo más importante ¿de quién?

Reflexionemos un momento entonces….

¿Qué sucede cuando nuestra percepción de la realidad se basa en la percepción de otras personas?

¿Cómo afecta esto a nuestra comprensión del mundo que nos rodea?

La verdad es que nuestra percepción de la realidad está fuertemente influenciada por la cultura, la educación, la religión y las experiencias que hemos tenido en nuestra vida. En otras palabras, no estamos caminando sobre el mundo real, sino sobre una pobre percepción que otros tienen de él ¿¡¿¡TE DAS CUÉN?!?! es que ni siquiera es tu pobre percepción sino que te quedas con el pack «de los demás».

Entonces volvemos a la pregunta de origen ¿Cómo podemos cambiar nuestras creencias y mejorar nuestra percepción de la realidad?

Siguiendo el consejo de grandes filósofos, psicólogos y personas que emprendieron el gran viaje de cambiar su realidad, una de las mejores maneras de lograrlo es cuestionar constantemente lo que creemos saber y estar abiertos a nuevas perspectivas y experiencias.

Reconocer que nuestras percepciones y creencias están sujetas a errores, y que es más que posible que no tengamos toda la información para comprender completamente una situación, es esencial.

Esto de “estar cuestionando todo constantemente…” puede sonar agotador, pero venga ¿no eres crítico constantemente con algunos temas? Piénsalo. Seguro que hay algo que te mueve a ello como el fútbol, la actualidad política, las obras de tu ciudad, el critiqueo puro y duro… ¡Sabemos y podemos de sobra estar constantemente cuestionando la realidad! Ahora lo que hay que hacer es centrarse y poner el foco en objetivos que nos interesen de nuestra propia realidad!

Si pones rumbo a un destino, hay muchas posibilidades de que nunca llegues, pero siempre te acercaras más que si te quedas ahí parado/as.

Pablo Castillo

Personalmente, un filósofo que me ayudó mucho a entender toda esta cuestión de cómo percibimos la realidad y cómo podemos cambiarla en base a lo que sabemos de ella, es el gran Inmanuel Kant.

En su obra “Crítica de la razón pura”, Kant sostiene que no podemos conocer la realidad tal como es en sí misma, sino solo como aparece en nuestra mente. Es decir, no vemos el mundo como es, sino como somos ¡BOOOM! ¿Cómo te quedas? Creo que habré repetido esta frase en mis sesiones y charlas como un millón de veces, pero es que la clave de todo el cambio que queramos lograr.

Según Kant, la mente humana estructura y organiza la información sensorial que recibimos de tal manera que podemos entenderla y procesarla. Esto significa que nuestra percepción de la realidad está influenciada por la estructura de nuestra mente y nuestros sentidos, así como por nuestras experiencias pasadas y nuestra cultura (¿te suena a lo de los megapíxeles y el tahúr de tu cerebro?) Por lo tanto, lo que vemos y entendemos como la realidad no es necesariamente una representación precisa de lo que realmente está sucediendo. En cambio, es una interpretación subjetiva que se basa en nuestras limitaciones sensoriales y cognitivas.

En otras palabras, lo que te han metido en la cabeza familiares, amigas y amigos, profes, medios de comunicación, políticos, etc., unido a tus experiencias pasadas y lo que dice la cultura y la sociedad en la que has crecido, configura lo que crees y ves. Que como vamos a repetir por enésima vez; no es lo que necesariamente tienes que ver y creer.

Aunque los/as conformistas/os son legión, el mundo está lleno de personas que van por ahí creyendo que son tal cosa o que van a lograr tal otra y ¿sabes qué? si no lo llegan a ser del todo, o a lograrlo al 100% da igual, porque han conseguido cambiar su realidad hacia una que se parece mucho más a la ideal y soñada, que la que tenían antes y no les gustaba y, encima, les arrastraba al conformismo y sus males.

Así que la solución al conformismo es clara: pon rumbo a un destino que tú elijas. Es cierto que hay muchas posibilidades de que nunca llegues a él, pero siempre te acercaras más que si sigues el destino que te dictan los demás.

Si nuestras creencias están tan condicionadas por los demás y por lo que hemos vivido en el pasado, impidiendo que tengamos nuestro propio rumbo ¿Cómo podemos romper con esas creencias limitantes y crear nuestra propia realidad? “Mu’ fácil my friend”:

CREATIVIDAD, CONFIANZA EN TI MISMO/A Y DETERMINACION DE ACERO.

Veamos cada uno de estos dos ingredientes.

La creatividad nos permite explorar nuevas ideas y perspectivas que van más allá de las limitaciones de nuestras creencias actuales. Al ser creativos, podemos encontrar soluciones innovadoras y ver la realidad desde diferentes ángulos, lo que nos permite expandir nuestras creencias y crear nuevas formas de entender el mundo. Podemos fomentar nuestra creatividad mediante actividades como el arte, la escritura, la música, la meditación o simplemente dejando nuestra mente divagar libremente.

Cuando alguien me llega muy bajo de creatividad le pido que hablemos de sus sueños y jugamos a ver su realidad actual con nuevos ojos.

Hay un sinfín de técnicas para favorecer los procesos creativos, y de verdad que son muy útiles, pero ni siquiera hace falta que leas y estudies sobre esto porque soñar e imaginar ya sabemos desde niños/as.

Imagina tu vida llena de todas esas cosas que deseas. Si, si, no te cortes. Color, inspiración, emoción, incluso riquezas imposibles. No se trata de que por el hecho de pedir al universo lo que sea, te vaya a caer del cielo mágicamente, sino de empezar a crear nuevas conexiones cerebrales que te permitan poner límites al maldito conformismo y los intereses de quienes te quieran imponer sus creencias y visiones del mundo. Es un juego, nada más. Pero un juego que tiene efectos inmediatos en tu mente, tu cerebro y tu energía.

Visualiza la creatividad como un ariete capaz de derribar las barreras que hasta ahora te has/te han creado.

Lógicamente, todo esto es más complejo de llevar a cabo y requiere un cuidadoso análisis y plan de acción individual, pero el caso es empezar ¿verdad? 😊

La confianza en uno mismo es la otra palanca de cambio. Fundamental para atreverse a cuestionar las creencias limitantes que nos han sido impuestas. Cuando confiamos en nosotros mismos/as, somos capaces de enfrentar nuestros miedos y lanzarnos a explorar nuevas ideas y perspectivas. Además, la autoconfianza nos permite confiar en nuestras propias percepciones y juicios, en lugar de depender únicamente de las percepciones de los demás.

Trabajar la confianza en uno mismo es una de las partes más bonitas y satisfactorias del desarrollo personal y la terapia psicológica.

Es un viaje que lleva tiempo y esfuerzo recorrerlo, pero hay algunas estrategias que facilitan a construir y fortalecer la autoconfianza. Aquí te comparto algunas de mis favoritas:

Aprende nuevas habilidades: Aprender nuevas habilidades o adquirir nuevos conocimientos aumenta nuestra autoconfianza l

al sentirnos más capaces y competentes. Sino, recuerda cualquier curso o actividad en el que hayas estado aprendiendo a hacer tal cosa u otra ¡Endorfinas y dopamina por las nubes!

Establece metas realistas y alcanzables: Establecer metas realistas y alcanzables, y luego trabajar para alcanzarlas, aumenta la confianza en uno mismo al demostrar que somos capaces de lograr lo que nos proponemos.

Celebra tus logros: Reconocer y celebrar nuestros logros, incluso los más pequeños, puede aumentar tu autoconfianza al demostrar que eres capaz de lograr tus metas. Pequeñitas o enormes, todas son satisfactorias 🙂

Sé amable contigo mismo/a: Habla contigo mismo/a con amabilidad y compasión, en lugar de criticarte constantemente. Esto te ayudará a aumentar tu autoconfianza a través del cultivo de una imagen positiva de ti misma/o. Innegociable hacer esto.

Enfrenta tus miedos: A menudo, nuestros miedos y ansiedades pueden limitar nuestra confianza en nosotros mismos. Enfrentar nuestros miedos de manera gradual puede ayudar a aumentar nuestra autoconfianza al demostrar que somos capaces de superar los obstáculos.

Aprende de tus errores: Todos cometemos errores. Aprender de nuestros errores y fracasos en lugar de dejarnos desanimar te ayudará al demostrar que eres capaz de aprender y crecer a partir de tus propias experiencias.

Recuerda que la autoconfianza no es algo que se desarrolla de la noche a la mañana, sino que es un proceso constante y gradual. Pero con el tiempo, trabajo y constancia puedes fortalecerla y sentirte más capaz y seguro/a en tu vida. Así que merece la pena ¿verdad?

Y por último, el «Gran Elemento» que te permitirá llevar a cabo esta gran misión y aventura:

¡Determinación de acero!

Dura, para resistir todos los envites que nos lance la vida, y cortante para romper cualquier cuerda o cadena.

Cuando una persona está determinada a conseguir algo, no hay nada que se le interponga. Lo haces sí o sí. Pero a veces tiramos la toalla. Abandonamos el camino ¿Por qué? Porque creemos que vamos a fracasar…porque nos dicen que vamos a fracasar. Y porque a lo mejor sabemos que no lo vamos a lograr. Pues eso es falta de confianza en uno mismo/a y de creatividad para encontrar soluciones a los problemas que se van a presentar.

¿Qué cómo se entrena y desarrolla la determinación? Aquí te dejo mi receta infalible:

Establece objetivos claros: Es importante tener una visión clara de lo que queremos lograr y establecer objetivos específicos y realistas para lograrlo. Al tener una meta clara y alcanzable, podemos aumentar nuestra determinación y fe en nosotros mismos.

Toma medidas concretas: Una vez que tengas una meta clara, es importante tomar medidas concretas para alcanzarla. A veces puede parecer difícil o abrumador, pero al tomar pequeñas acciones consistentemente, podemos aumentar nuestra confianza y determinación.

Mantén la perseverancia: La perseverancia es clave para desarrollar la determinación y la fe en uno mismo. A pesar de los obstáculos o los fracasos temporales, es importante seguir adelante y no rendirse.

Cultiva una actitud positiva: La actitud positiva puede tener un gran impacto en nuestra determinación y fe en nosotros mismos. Al enfocarnos en lo positivo, podemos aumentar nuestra confianza y motivación.

Busca apoyo: A veces necesitamos el apoyo de otros para mantener nuestra determinación y fe en nosotros mismos. Busca personas que te apoyen y te motiven en tu camino hacia tus objetivos.

Reflexiona sobre tus logros: Es importante tomarse el tiempo para reflexionar sobre tus logros y celebrar tus éxitos. Al recordar lo que has logrado en el pasado, puedes aumentar tu confianza y determinación en el futuro.

Recuerda que la determinación y la fe en uno mismo son habilidades que se pueden desarrollar con el tiempo y la práctica. Al establecer objetivos claros, tomar medidas concretas y mantener una actitud positiva, puedes aumentar tu confianza y determinación en ti mismo.

¡Bueno, bueno! Parece que hemos aprendido un buen puñado de cosas y lo más importante, nos hemos empoderado a través del razonamiento y la reflexión ¿verdad? 

Creo que el mejor resumen de este paseo que nos hemos dado por el filo de la realidad es que sí que podemos salir de la trampa del conformismo, porque tenemos la capacidad de cambiar nuestra realidad. Algo que depende de nosotros/as mismos/as y de nadie más 😉

Y ahora me gustaría invitarte a comprar mi libro pero de momento ¡no está publicado! Así que me voy a conformar con lo que unos llamarán ego, pero para mí es sentirme reconfortado sabiendo que mi trabajo llega y ayuda a alguien :). Si ha sido así, déjame un comentario en el blog, comparte el artículo con las personas a las que quieras y ya sabes, si necesitas ayuda, aquí me tienes.

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Si quieres que te envíe el próximo artículo a tu email, o tienes algunas pregunta que hacerme, contáctame en hola@pablocastillo.es

Y por supuesto ¡nos vemos en las redes! Instagram: @pablocastillomp

Desarrollo personal y profesional para vivir más feliz 😉

Pablo Castillo hola@pablocastillo.es

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